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Mostrando entradas de marzo, 2011

Orgullo de ser ENTRENADOR

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20 años hace desde que le pedí al presidente de mi primer club el poder entrenar a un equipo. Desde entonces he podido aprender junto a cientos de jugadores, decenas de otros entrenadores, un puñado de directivos y, por qué no decirlo, otros tantos padres. Hace tres días recibí el mensaje de un jugador vía FACEBOOK. Me pedía ayuda para resolver un problema que tenía con su equipo. Él ahora era entrenador. Le respondí con el máximo cariño, como siempre he intentado trabajar con todos los equipos con los que he aprendido. A las pocas horas, gracias a la velocidad de la red social, ya tenía su respuesta: un agradecimiento sincero, no sólo por la respuesta en sí, sino por no haberle fallado a su petición. Una respuesta en la que se incluía un agradecimiento por haberle ayudado a ser mejor persona, a amar el baloncesto, a disfrutar con el juego y respetarlo. En ningún momento hubo ningún recuerdo de victorias ni de derrotas, de triunfos ni de fracasos, ni de tácticas ni de preparación, ni d

ESCUELAS 2.0

Si algo aporta la red, al menos según mi visión, es la facilidad para generar debates entre dos y al que se incorporan instantáneamente decenas -cientos en algunos casos-, de personas generando otras tantas opiniones. Esto que antaño podría parecer una intromisión al derecho de reunión, se ha convertido en la virtud de extender al "infinito y más allá" -como diría Buzz-, la riqueza de una charla. El baloncesto necesita de estos debates 2.0, en los que Twitter y Facebook -principalmente la primera- se posiciona por su agilidad, en un hervidero de opiniones, información y contraste. Una excelente oportunidad de globalizar un problema en base a situaciones locales, un verdadero enfoque inductivo por el que construir entre todos un baloncesto mejor. Y en esas estamos, como uno más en la enorme nube de seguidores, amigos o como quiera que se les llame a la gente con la que entablas conversación -algunos de ellos auténticos desconocidos-. Pues bien, tras esta introducción que me pa